Agencias / Diez años después de su muerte, la estela del guitarrista flamenco español Paco de Lucía sigue brillando entre sus compañeros y admiradores, los ecos de su legado siguen sonando de Nueva York a Bogotá, nuevos libros tratan de descifrar su figura y su ciudad natal, Algeciras, avanza en la construcción de su museo.

Un inesperado infarto que sintió, el 25 de febrero de 2014, cuando jugaba con su hijo pequeño al fútbol en Playa del Carmen (México), acabó con su vida a los 66 años. “Paco de Lucía ha muerto muy joven, pero ha vivido tres vidas al menos”, escribía entonces el productor Javier Limón.

No sabía solfeo ni teoría musical, pero su talento le permitió revolucionar el flamenco y popularizarlo en el mundo. Llenó teatros en París, Moscú, Nueva York, San Francisco, Londres o Tokio, venciendo el estigma que arrastraba el flamenco de ser algo difícil y de ambientes lumpen. “El flamenco siempre estuvo marginado en mi tierra, porque era una música de gitanos, de andaluces, de gente pobre, de gente socialmente de clase baja”, explicó De Lucía en una ocasión.

Homenajes en Algeciras y Madrid
Su ciudad natal, Algeciras, se ha propuesto recorrer esa intensa vida en el Centro de Interpretación ‘Paco de Lucía’, un proyecto que, tras sucesivos retrasos, prevé ser inaugurado este año. “Nosotros teníamos claro que queríamos que fuese lo primero que se hiciera, que la primera casa de Paco de Lucía fuera en su tierra”, explicó su hija Casilda Sánchez Varela, que estos días trabaja en los textos que habrá en los seis espacios de este centro: ‘El hijo de la portuguesa’, ‘El dueño de la guitarra’, ‘Genio del Flamenco’, ‘Algeciras es música’, ‘Guitarrista del mundo’ y ‘Paco en imágenes’. Con un presupuesto de 1,2 millones de euros, el centro ocupará un antiguo palacete y contará con un auditorio anexo.

La Fundación Paco de Lucía, alentada por la familia del guitarrista, ha donado “un montón de fotos, un montón de discos, el traje con el que recogió el premio Príncipe de Asturias, el del Doctor Honoris Causa de Cádiz, cuatro o cinco guitarras”, entre otros objetos, según Casilda Sánchez.

Su hija es presidenta de la entidad, que, entre sus muchos proyectos, planea realizar una exposición inmersiva y poner en marcha un archivo digital La fundación también pretende impulsar una Casa del Flamenco con sede en Madrid, donde Paco de Lucía pasó gran parte de la niñez.

“No nos ha dado tiempo. Vamos peldaño a peldaño para que todo vaya saliendo bien. Nos apetece mucho hacer un centro vivo, un ecosistema para crear talento y ayudar a la gente que está empezando a difundir el flamenco, porque es verdad que, a lo mejor, la gente joven no puede pagar el precio de un tablao. Hay que crear los cauces para que eso suceda”, contó su hija mayor.

La fundación tiene como objetivo difundir el legado del legendario artista de la guitarra. “Entre la gente de su generación, él es incuestionable, pero, entre la gente más joven, sí es importante que se siga escuchando su música para que siga siendo (…) un punto de partida. Yo estoy harta de ver vídeos en Youtube que me mandan de jóvenes que, de repente, se ponen ‘Entre dos aguas’, gente de todo el mundo y ves en su cara cómo flipan. Creo que su música tiene la capacidad de conectar con la sensibilidad de todo el mundo, da igual la edad o de donde sea”, explicó.

Homenajes en América y España
El décimo aniversario de su muerte ha impulsado festivales en Nueva York y Bogotá. El pasado martes, con una gala en el Carnegie Hall de Manhattan en la que participaron una treintena de cantantes, músicos y bailaores, entre ellos Rubén Blades, Madou Diabate o José Mercé, se abrió el festival Paco de Lucía Legacy, que recorrió ests semana varios escenarios de la ciudad de los rascacielos.

Y la segunda Bienal de Flamenco de Bogotá se celebrará este año hasta el sábado 2 de marzo, dedicada a Paco de Lucía. Este domingo 25 se presenta el espectáculo ‘Por Paco’, un homenaje que recuerda el álbum 10 de Paco (1994), en el que intervendrán algunos de los artistas que lo acompañaron en aquella ocasión; y el 2 de marzo, ‘The Paco Project’, que reúne a la banda que acompañó al guitarrista en la última década de su carrera.

El Festival Flamenco de Jerez (España) también se inaugurará este año con el homenaje que le ha dedicado la bailaora Sara Baras, un espectáculo titulado Vuela, y con el que también celebra los 25 años de su compañía.

Nuevos libros sobre Paco de Lucía
La efeméride también ha sido la ocasión de dos nuevos libros sobre el guitarrista. En El enigma de Paco de Lucía (Lumen), el periodista César Suárez esboza un retrato cercano del guitarrista que rompió casi todos los techos de cristal del flamenco.

“Personalmente he descubierto muchísimas cosas. Con Paco, lo primero que me llamó la atención es su angustia, su ansiedad, su carácter a veces depresivo, pavorosamente perfeccionista, que le impedía disfrutar de una música que, todos menos él, veían como una genialidad”, explicaba el autor.

En el ensayo Paco de Lucía. El primer flamenco ilustrado (Almuzara), basado en 21 entrevistas, Manuel Alonso Escacena aborda la magnitud intelectual y artística de un hombre que publicó casi treinta discos, murió lleno de proyectos y, en una ocasión, al ser preguntado en una entrevista, dijo que él estaba rompiendo “las formas, no los moldes” del flamenco.

Quién fue Paco de Lucía
Paco de Lucía nació con el nombre de Francisco Sánchez Gómez, hijo de un español y una portuguesa. Su nombre artístico resultó de su apodo en el barrio: “Paco”, por Francisco, y “de Lucía”, por su madre. A los 8 años, su padre, que se ganaba un dinero extra tocando la guitarra, le puso una en las manos y le dijo: “no te puedo llevar a la escuela, no te puedo enseñar una carrera, lo único que te puedo dar es la guitarra”, explicó el propio De Lucía en una entrevista. Sus hermanos Ramón y Pepe también pasaron por la escuela paterna e hicieron carrera en el flamenco.

Tan bien se le daba a Paco, que pudo concentrarse en experimentar y componer más que los demás. Fue el primer artista flamenco en alcanzar el número uno en las listas de ventas en España, con su rumba instrumental “Entre dos aguas”, publicada en 1973, y acercó el flamenco al jazz con la creación de su sexteto, que incluía instrumentos de viento o el bajo eléctrico, totalmente ajenos a la tradición.

También revolucionaria fue la introducción del cajón peruano, que conoció viendo actuar a Chabuca Granda en Lima, y que hizo al flamenco “más acústico” y “más íntimo en cuanto a la puesta en escena”, al convertirse en alternativa a los dos o tres palmeros, explicóel percusionista Paquito González, que grabó con De Lucía. Su concierto en el Teatro Real de Madrid en 1975 fue polémico por ser el primero de un artista flamenco en el templo madrileño de la lírica, pero también por su gesto de tocar con las piernas cruzadas, en vez de apoyar la guitarra inclinada sobre una pierna.

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