Los Ángeles, California — Ícono sexual de los años 50, rebelde sin pausa y pionera del rock en la gran pantalla, Mamie Van Doren no ha terminado de contar su historia. A sus 94 años, la estrella será homenajeada con el Premio al Legado en el Festival de Cine Cinecon, donde también presentará una proyección especial de su cinta de culto Guns, Girls and Gangsters (1959).
Pero Van Doren no vive del recuerdo: actualmente rueda un documental sobre su vida y prepara el lanzamiento de un nuevo libro de memorias para finales de este año.
“Todo lo que hago tiene una razón de ser: ayudar y ser amable con la gente”, reflexiona la actriz desde su residencia en Newport Beach, lejos de la parafernalia de Hollywood, que abandonó en los años 60 tras la muerte de contemporáneas como Marilyn Monroe y Jayne Mansfield.

Rock Hudson, citas pactadas y secretos de estudio
En una reciente entrevista con IndieWire, Van Doren recordó su “cita publicitaria” con Rock Hudson, parte de la maquinaria de Universal para moldear estrellas. Contrario a la creencia extendida sobre la orientación sexual del actor, Van Doren asegura:
“Se me insinuó. Fue muy apasionado. No es cierto que no le gustaran las mujeres”.
La actriz relató que Hudson, quien murió de SIDA en 1985, “hizo lo que se esperaba de él” para proteger su imagen de galán en la conservadora industria de la época.
Gig Young, intuición femenina y peligro real
No todo en Hollywood eran encuentros glamorosos. Van Doren también contó cómo rechazó salir con el actor Gig Young, pese a la insistencia de él y la presión de su entorno. Años más tarde, Young asesinaría a su esposa y se quitaría la vida en 1978.
“Tengo muy buen olfato… y me negué a salir con él. Algo no me gustaba”, recordó. “No me gusta estar cerca de cosas malas”.
Una vida entre luces, sombras y libertad
Van Doren fue madre fuera del matrimonio con el director Ray Anthony en 1956, lo que —según sus palabras— “me liberó de mi contrato con Universal”. Se casó cinco veces, crió a su hijo lejos del brillo hollywoodense y eligió vivir con discreción.
“Hollywood era demasiado. Muchas drogas, muchas muertes. Simplemente pensé que había llegado el momento de dejarlo”.
Orgullosa de su sensualidad y legado
Lejos de arrepentimientos, Van Doren sigue siendo una defensora de la liberación femenina y del placer como parte del poder personal.
“Me gusta ser sexy. Me gusta el sexo más que el rock ‘n’ roll. Y fui la primera en hacer rock ‘n’ roll en la gran pantalla. Eso no se aprende. Tienes que nacer con ello”.
Con 94 años, Mamie Van Doren demuestra que el deseo, la fuerza y la voz no tienen fecha de caducidad. Y que, tal vez, su legado no solo está en sus películas, sino en haber abierto paso —a su manera— a un tipo de mujer que Hollywood tardó décadas en entender.
“No iba a interpretar papeles de monja. Eso seguro.” — Mamie Van Doren