El gigante del entretenimiento Netflix continúa ampliando su dominio más allá de las series y películas, apostando con fuerza por formatos de telerrealidad innovadores que compiten directamente con la televisión tradicional. Música, emociones crudas y relaciones sin filtros son el eje de una propuesta que reconfigura cómo entendemos hoy el entretenimiento “real”.
Este verano, tres nuevos programas marcan tendencia en la plataforma: el reality musical Building The Band, la serie documental Hitmakers sobre composición musical y la tercera temporada del exitoso experimento amoroso Perfect Match.
Formar una banda a ciegas: Building The Band
Conducido por AJ McLean (Backstreet Boys), Building The Band reta a músicos a formar bandas sin verse, guiándose únicamente por su compatibilidad vocal y musical. Junto a McLean, un panel estelar con Nicole Scherzinger (Pussycat Dolls), Kelly Rowland (Destiny’s Child) y el fallecido Liam Payne (One Direction) acompaña y evalúa a los participantes.
“Quizás esta sea una forma muy interesante de formar bandas ahora, sin que una gran corporación diga qué deben hacer”, comenta McLean.
El enfoque disruptivo busca desafiar los moldes comerciales de la industria musical, apelando a la autenticidad y al talento crudo como base para construir nuevos proyectos musicales.
El arte de crear un hit: Hitmakers
Otro estreno clave es Hitmakers, una serie que se adentra en el mundo poco visible de los compositores y productores de élite, quienes crean canciones que después se convierten en fenómenos globales.
“Es arte, así que lo vamos descubriendo sobre la marcha”, dice el productor Stephen Kirk, responsable de éxitos como Butter de BTS.
Con testimonios de figuras como Sevyn Streeter, la serie muestra el proceso completo: desde la primera idea hasta la grabación final, arrojando luz sobre el verdadero origen de las canciones que dominan las listas de reproducción.
El amor sin filtros: Perfect Match
La telerrealidad romántica también sigue evolucionando. Perfect Match, ahora en su tercera temporada, reúne a solteros emblemáticos de otros ‘realities’ para competir en desafíos de compatibilidad con la intención de encontrar pareja, sin celulares ni tecnología.
“Es como una aplicación de citas de la vida real, pero sin pantallas. Tienes que hablar de verdad”, señalan las concursantes Rachel Recchia y Amber Desiree Smith.
El éxito del formato se explica, según los propios participantes, por su capacidad de mostrar el caos emocional con el que muchos se identifican.
“Todos llevamos un poco de caos en nuestro interior. La telerrealidad lo expone para que otros digan: ‘Yo pasé por eso’”, resume Clayton Echard, otro de los participantes.
Entre el algoritmo y lo humano
Con estos formatos, Netflix no solo busca entretener, sino también capturar lo que la televisión tradicional parece haber perdido: espontaneidad, diversidad de emociones y formatos ágiles que hablen el idioma de las nuevas generaciones.
Ya sea desde el proceso de componer un hit global o en la búsqueda desesperada del amor sin filtros, la plataforma demuestra que el futuro del reality show ya no está en los sets diseñados al milímetro, sino en historias humanas contadas con ritmo, autenticidad y conexión emocional real.