Piensen en Dinamarca. Quizás les vengan a la mente imágenes de la elegante y chic Copenhague o de una sociedad liberal y abierta. Ese es el cliché escandinavo.
Pero en lo que respecta a la migración, Dinamarca ha dado un giro radicalmente diferente. El país es ahora “pionero en políticas migratorias restrictivas” en Europa, según Marie Sandberg, directora del Centro de Estudios Avanzados sobre Migración (AMIS) de la Universidad de Copenhague, tanto en lo que respecta a solicitantes de asilo como a inmigrantes económicos que buscan trabajo en Dinamarca.
Quizás aún más sorprendente sea quién está detrás de esta iniciativa. Generalmente se asume que los políticos de extrema derecha están ganando fuerza en toda Europa debido al temor a la migración, pero eso dista mucho de ser la realidad.
En Dinamarca, y en España, que está abordando el problema de una manera muy diferente a la danesa, pero no menos radical, al impulsar una mayor inmigración, los políticos que están tomando el toro por los cuernos ahora provienen del centroizquierda.
¿Por qué? ¿Y puede el resto de Europa –incluido el gobierno laborista de Reino Unido– aprender de ellos?
En el barrio de Mjolnerparken, de Copenhague, abundan los inmigrantes.