EFE / Las grandes empresas tecnológicas están invirtiendo miles de millones de dólares para asegurarse de que su inteligencia artificial (IA) sea la más lista, útil y popular; razón por la que titanes como Meta, OpenAI, Microsoft o Google intentan formar los mejores equipos de trabajo a golpe de talonario, aunque eso suponga “robar” los grandes cerebros de otras empresas o pagar millones para que exempleados regresen.
Un claro ejemplo de esta táctica es el director ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, quien ha ofrecido jugosos bonos de 100 millones de dólares a empleados de OpenAI para que vayan a trabajar con él y ayuden a la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp a acercarse a la “superinteligencia” -un hipotético sistema de IA que supera las capacidades del cerebro humano-.
Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, aseguró en un pódcast que Meta ha actuado así porque considera a la empresa de ChatGPT “su mayor competidor” y anotó que ninguno de sus empleados ha aceptado la jugosa oferta económica de Zuckerberg.
Quien sí que sucumbió fue Alexandr Wang, director ejecutivo de la startup Scale AI, que hace siete años, a sus 21, se convirtió en el multimillonario más joven del mundo.
Meta anunció que pagará 14.300 millones de dólares para adquirir el 49 % Scale AI y contratar a Wang, quien, según los medios especializados, dirigirá un nuevo laboratorio de IA en Meta, encargado de desarrollar una inteligencia artificial general (IAG), máquina superior a la inteligencia humana que por ahora solo es ficción.
Zuckerberg habría fichado a directivos rivales de otras empresas, ya que CNBC indicó que Meta intentó comprar por 32.000 millones de dólares la startup de inteligencia artificial Safe Superintelligence, pero su creador Ilya Sutskever, quien lanzó la startup hace un año, poco después de dejar OpenAI, rechazó la oferta de Meta, así como el intento de la compañía de contratarlo, según el medio.
No obstante, Zuckerberg comenzó a negociar con Daniel Gross, director ejecutivo de Safe Superintelligence, según el CNBC, quien, además de su puesto en esa compañía, dirige una firma de capital de riesgo llamada NFDG junto con Nat Friedman, ex director ejecutivo de GitHub.
Meta adquirirá una participación en NFDG y ambos se unirán a Meta para trabajar bajo la dirección de Wang, de acuerdo con CNBC.
Altman señaló que los esfuerzos de Meta por avanzar en la carrera de la IA “no han funcionado tan bien como esperaban” y que por eso el gigante tecnológico está optando por una táctica más “agresiva”, algo que dijo respetar.
OpenAI ha llegado a extremos similares, al pagar unos 6.500 millones de dólares para contratar al diseñador de iPhone Jony Ive y adquirir su compañía de hardware ‘io’.
“Es el mejor diseñador del mundo”, anotó Altman cuando anunció que el exjefe de diseño de Apple pasaría a trabajar para su compañía para “crear una nueva generación de computadoras impulsadas por IA”.
Microsoft, además de tener un acuerdo con OpenAI, fichó al cofundador de DeepMind, Mustafa Suleyman, tras la compra de Inflection AI por 650 millones de dólares.
El regreso de fundadores y genios perdidos
La situación de Google es una de las más particulares, ya que ha apostado por recuperar a exempleados.
En tanto, el gigante tecnológico pagó 2.700 millones de dólares para recuperar a Noam Shazeer, un genio de la IA que renunció para fundar su propia empresa después de que el gigante de las búsquedas se negara a lanzar un chatbot que él mismo había desarrollado.
De acuerdo con The Wall Street Journal, el motivo oficial del pago fue licenciar la tecnología de la startup Character.AI, pero el acuerdo incluía otro componente: el regreso de Shazeer.
También regresó a la empresa el cofundador de Google Sergey Brindijo, quien ahora es uno de los encargados de hacer que la empresa consiga crear una IAG.