EFE / El peruano salió a hombros en una tarde de calor canicular, con llenazo en los tendidos, en la que Morante solo pudo dejar destellos y Tomás Rufo rozó la puerta grande con dos faenas de gran templanza. Corrida manejable aunque sin excesiva pujanza de Daniel Ruiz.
Hacía 16 años que en Toledo no se colgaba el cartel de “No hay billetes”. En aquella ocasión el lleno vino provocado por la presencia de José Tomás. En esta, fundamentalmente, por el momento de plenitud de un torero colosal como es Morante de la Puebla, que ha sido asiduo en la ciudad imperial en los últimos años (quinta comparecencia en diez temporadas), aunque antes sin presentar el bagaje de brillantez suprema actual. Sin embargo en Toledo no pudo alcanzar, ni de lejos, las cotas jerezanas, madrileñas o salmantinas.
En el que abrió plaza el de La Puebla del Río se justificó con una labor solvente, que levantó algún “Olé” aislado, pero en conjunto insustancial.
El cuarto bis (el titular fue devuelto por blando) empujó bien en el peto del picador, y ahí quedó su menguado fuelle. Morante inició sentado en el estribo y le robó dos naturales aislados excelsos que todavía duran, sin que nada más reseñable ocurriera. Fulminó a su oponente con contundencia al primer ataque, llegando una oreja a sus manos, aunque se le pidieron las dos, que habrían resultado excesivo premio.
Roca Rey no se salió de su guión habitual en el segundo, un ejemplar noble al que se los dió de todos los colores, empezando a calentar los ánimos con el ajustado quite por gaoneras con que prologó su pulcra faena, iniciada de rodillas, que incluyó derechazos mandones y arrimón final antes de pasear dos generosas orejas a pesar de la tardanza en doblar del de Daniel Ruiz. Ante el mortecino quinto nada pudo hacer el peruano.
Tomás Rufo arreó al principio, yéndose a porta gayola en el tercero, pero se templó en el último tercio, y su antagonista lo agradeció, ya que su condición, poco boyante aunque muy manejable, mejoró, propiciando un trasteo en el que hubo compás y dos series de naturales notables. De haber matado a la primera (lo hizo a la segunda) a buen seguro habría paseado un trofeo.Al sexto le faltó chispa pero rebosó clase, con la cara abajo esperando el leve cite de Rufo. Magníficas fueron las dos verónicas y la media del quite, y mecido el trasteo de muleta, sin atacar al toro para no acabar con él a las primeras de cambio, dándolos de uno en uno consiguiendo captar la atención de los atestados tendidos. Mató al primer envite pero la petición no alcanzó la suficiente intensidad para lograr la concesión de la segunda oreja, quedando el premio en singular.
FICHA: Plaza de toros de Toledo. Corrida del Corpus Christi. Lleno de “No hay billetes”.
Se lidiaron seis toros de Daniel Ruiz, bien presentados. Primero rebrincado. Segundo bueno, aplaudido en el arrastre. Tercero manejable. Cuarto bis blando. Quinto muy flojo, pitado en el arrastre. Sexto de gran calidad y menguada chispa.
Morante de la Puebla (de buganvilla y oro): estocada casi entera desprendida (ovación con saludos); estocada entera arriba (oreja con petición).
Roca Rey (de azul azafata y oro): estocada entera arriba (dos orejas con aviso); pinchazo hondo (silencio).
Tomás Rufo (de verde hoja y oro): pinchazo y estocada entera arriba (ovación con saludos); estocada entera desprendida (oreja).
Andrés Revuelta y Fernando Sánchez saludaron tras banderillear al tercero, mientras que en el sexto repitió saludo Sánchez, junto a su compañero Sergio Blasco.
Roca Rey salió a hombros.