NYT / OpenAI dio a conocer el lunes que había creado un servicio que permite a los individuos y a las pequeñas empresas crear versiones personalizadas de ChatGPT, su popular chatbot en línea, y compartirlas de inmediato en internet.

A través de un servicio nuevo llamado GPTs, cualquier persona puede personalizar con rapidez el chatbot para una tarea en particular sin necesidad de software adicional o código de programación. Por ejemplo, la propietaria de una posada pequeña podría crear un chatbot que responda a las preguntas de cualquier huésped.

En una entrevista, Peter Deng, el vicepresidente de producto para los consumidores y las empresas de OpenAI, declaró: “Puedes imaginar a alguien que haga un GPT especializado en enseñar un idioma nuevo o dar consejos de diseño de interiores”.

OpenAI, la empresa emergente de inteligencia artificial con sede en San Francisco, aceleró el lanzamiento de sus herramientas de inteligencia artificial en las últimas semanas. En septiembre, incorporó su generador de imágenes DALL-E a ChatGPT y lanzó una nueva versión de su popular chatbot que interactúa con personas mediante palabras habladas, de manera muy parecida a la asistente digital Siri de Apple.

ChatGPT atrajo a cientos de millones de usuarios luego de su lanzamiento a finales del año pasado, pues sorprendió a la gente con su manera de responder preguntas, redactar ensayos escolares y conversar sobre casi cualquier tema. Varias otras compañías, incluyendo a Google y a la empresa emergente Anthropic, lanzaron chatbots parecidos. Ahora, OpenAI está tratando de llegar más lejos que sus rivales.

El nuevo servicio de GPTs está disponible para cualquier persona que use ChatGPT Plus, una versión del chatbot que tiene un costo mensual de 20 dólares.

Millones de desarrolladores de software experimentados ya están usando la tecnología subyacente de ChatGPT, GPT-4, para elaborar sus propias aplicaciones, que incluyen todo desde tutores automatizados hasta motores de búsqueda. El nuevo servicio GPTs está dirigido a un público diferente: los individuos y las pequeñas empresas sin experiencia en el desarrollo de software.

Cualquiera puede crear un chatbot personalizado con un puñado de instrucciones y, en algunos casos, unos cuantos documentos. Por ejemplo, cuando la dueña de una posada diseña un bot que responde a las preguntas de los huéspedes, podría subir el manual existente para huéspedes de la posada.

La propietaria también podría pedirle al servicio que genere un logo para el bot nuevo mediante el generador de imágenes de OpenAI.

Deng reconoció que cualquier bot creado con el servicio sería propenso a cometer errores. Las tecnologías como ChatGPT, entrenadas con cantidades enormes de datos recolectados de todo el internet, en ocasiones “alucinan” o inventan cosas.

Ya que la tecnología también puede ser usada para generar material ofensivo, falso e incluso peligroso, OpenAI afirmó que revisaría todos los bots nuevos creados con GPTs y invalidaría a cualquiera de estos que viole sus términos de servicio. En las próximas semanas, ofrecerá estos bots a través de una tienda de aplicaciones similar a la que Apple brinda para las aplicaciones de sus dispositivos.

La compañía también mencionó que cualquier usuario del servicio podía solicitar que sus documentos y otros datos no sean utilizados para entrenar a versiones futuras de la tecnología de OpenAI.

OpenAI enfrenta demandas de escritores, artistas y programadores informáticos que argumentan que la compañía usó ilegalmente sus obras para crear sus sistemas de inteligencia artificial.

La empresa aseguró que ChatGPT tenía más de cien millones de usuarios activos cada semana y que más de dos millones de desarrolladores de software utilizaban GPT-4 y otros servicios para programar aplicaciones.

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