Un tribunal camboyano condenó a 13 mujeres filipinas a dos años de cárcel por un delito de trata de personas por someterse a embarazos subrogados para “vender los bebés a terceros”, práctica ilegal en Camboya, según la corte.

El Tribunal Provincial de la provincia de Kandal, en el sureste del país, indicó que una camboyana, que se encargaba de preparar la comida y limpiar la casa donde se encontraban las filipinas, fue condenada a su vez a dos meses de cárcel, según un comunicado de la corte fechado el lunes.

La corte precisó que las 13 filipinas han cometido “delitos graves” al vulnerar varios artículos del Código Penal referentes a la trata de personas y la explotación sexual.

Aparte de los dos años de prisión el tribunal las condenó a otros dos años de cárcel suspendidos, que no deberán cumplir si no cometen ningún delito.

El pasado octubre, el subsecretario del Departamento de Justicia filipino, Nicholar Ty, dijo que las filipinas, detenidas el pasado 23 de septiembre cerca de Nom Pen, no deberían ser tratadas como culpables de trata de personas, sino como víctimas, aunque expresó confianza en el sistema legal camboyano, informó la Agencia de Noticias Filipina.

El Gobierno camboyano ilegalizó la maternidad subrogada en 2016, tras experimentar dos años de auge de clínicas de “vientres de alquiler” a raíz de la prohibición o la implementación de regulaciones estrictas en países como la India, Nepal y Tailandia.

En 2017, la australiana Tammy Davis-Charles fue condenada a un año y medio de prisión al ser hallada culpable de administrar una clínica de subrogación en Camboya.

La gestación subrogada, en la que una mujer se queda embarazada para entregar el bebé a otras personas normalmente a cambio de dinero, es ilegal en numerosos países como España, Francia y Alemania y legal en otros como Ucrania, Rusia, Estados Unidos y algunos estados de México.

El comunicado de la corte no especifica qué pasará con los 13 bebés cuando nazcan, mientras en previas ocasiones se ha forzado a las mujeres gestantes en Camboya a quedarse con los niños, sin vínculo biológico, para evitar la cárcel por tráfico de menores.

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