El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amplió este martes la prohibición de viajes al país al añadir cinco naciones más a la lista de veto total y endurecer las restricciones para otros países, en el marco de una política migratoria cada vez más estricta.
De acuerdo con una proclamación de la Casa Blanca, la medida busca impedir el ingreso de ciudadanos extranjeros sobre los que Estados Unidos “carece de información suficiente para evaluar los riesgos que representan”, así como reforzar la cooperación con gobiernos extranjeros, la aplicación de las leyes migratorias y los objetivos de seguridad nacional y lucha contra el terrorismo.
Con esta decisión, queda prohibida la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de Burkina Faso, Malí, Níger, Sudán del Sur y Siria, así como de personas que porten documentos de viaje emitidos por la Autoridad Palestina. Además, las restricciones parciales que existían para Laos y Sierra Leona se ampliaron a suspensiones totales de entrada.
Otros 15 países enfrentarán restricciones parciales: Angola, Antigua y Barbuda, Benín, Costa de Marfil, Dominica, Gabón, Gambia, Malaui, Mauritania, Nigeria, Senegal, Tanzania, Tonga, Zambia y Zimbabue.
La proclamación también limita las excepciones generales a los visados de inmigrante por reunificación familiar “cuando existan riesgos demostrados de fraude”, aunque mantiene exenciones caso por caso.
En paralelo, el Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security) lanzó el portal “Worst of the Worst” (“Lo peor de lo peor”), dirigido a identificar a presuntos inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, respaldó públicamente la medida.
La administración Trump argumentó que muchos de los países incluidos presentan “corrupción generalizada, documentos civiles fraudulentos o poco fiables, ausencia de sistemas de registro de nacimientos y falta de intercambio de información policial”, lo que dificulta las verificaciones de seguridad. También señaló que algunos permiten programas de “ciudadanía por inversión” que, según Washington, ocultan identidades y eluden controles.
En junio pasado, Trump ya había prohibido la entrada de ciudadanos de 12 países, entre ellos Afganistán, Irán, Haití, Libia y Yemen, y endurecido restricciones para otros como Cuba, Venezuela y Turkmenistán.
La decisión de este martes se produce tras la detención de un ciudadano afgano acusado de disparar contra dos soldados de la Guardia Nacional en Washington D.C. durante el fin de semana de Acción de Gracias. Según el Gobierno, el sospechoso habría ingresado al país bajo programas de admisión masiva implementados en la administración anterior, un hecho que la Casa Blanca citó como justificación adicional para el endurecimiento de la política migratoria.

