A bordo del Air Force One, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elevó nuevamente el tono de su política antiinmigrante al afirmar que la pausa impuesta por su Gobierno a todas las decisiones sobre solicitudes de asilo “no tiene límite de tiempo” y podría extenderse “por mucho tiempo”.

No queremos a esas personas. Ya tenemos suficientes problemas”, declaró Trump ante reporteros, en referencia —aunque inicialmente sin especificarlo— a migrantes que buscan protección en EE.UU. Al ser presionado para aclarar a quiénes se refería, respondió: “A personas de diferentes países que no son amigables con nosotros y países que están fuera de control”.

El mandatario insistió en que se trata, en su mayoría, de naciones “plagadas de crimen” y aseguró que Estados Unidos “no necesita que su gente venga a decir qué hacer”.

Ataques a legisladora demócrata

En su intervención, Trump también arremetió contra la congresista demócrata Ilhan Omar, la primera mujer de origen somalí en llegar a la Cámara de Representantes, quien llegó a Estados Unidos como refugiada hace más de dos décadas. El presidente ha usado reiteradamente a Somalia como ejemplo de los países que considera no aptos para que sus ciudadanos migren a territorio estadounidense.

Amenaza con “desnacionalizar”

Otro punto de gran preocupación fue su declaración sobre una posible desnacionalización de algunos ciudadanos estadounidenses.

Si tengo el poder para hacerlo —no estoy seguro de tenerlo— pero si lo tengo, desnacionalizaría, absolutamente”, afirmó, sin aportar criterios ni alcances de esta eventual medida.

Contexto de tensión

Las declaraciones de Trump ocurren en medio de un endurecimiento de la retórica migratoria tras el ataque a miembros de la Guardia Nacional en Washington la semana pasada. El sospechoso, Rahmanullah Lakanwal, ciudadano afgano que llegó al país en 2021 bajo un programa implementado tras la retirada estadounidense de Afganistán, recibió asilo en abril de 2025 durante el actual Gobierno.

La postura del presidente profundiza la incertidumbre sobre el futuro del sistema de asilo estadounidense y aviva la preocupación entre organizaciones de derechos humanos y comunidades migrantes ante la posibilidad de nuevas medidas de corte restrictivo que podrían redefinir la política migratoria de Estados Unidos.

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