Un tribunal de Perú condenó este jueves al expresidente Pedro Castillo a 11 años y medio de prisión por los cargos de rebelión y conspiración al haber intentado sin éxito disolver el Congreso y obtener poderes amplios cuando estaba al frente del Ejecutivo en 2022.
El político de 56 años, quien ha estado en prisión desde entonces, fue acusado junto a otros colaboradores de conspirar “para atentar contra el orden constitucional”, según la sentencia de la Sala Penal Especial de la Corte Suprema.
La fiscalía pedía una condena de 34 años de prisión.
La defensa del expresidente rechazaba los cargos. En su alegato final la semana pasada, los abogados aseguraron que el anuncio que hizo Castillo el 7 de diciembre de 2022, por el que decretaba la disolución del Congreso, solo fue una lectura de “un documento sin ninguna consecuencia”, que no contó con el apoyo de ninguna fuerza de seguridad, por lo que no se trató de una rebelión.
El suceso ocurrió poco más de un año después de que asumiera la presidencia del país, luego de una apretada elección y tras meses de parálisis gubernamental y acusaciones de corrupción contra funcionarios cercanos a Castillo e incluso contra miembros de su familia.
Luego de su destitución y arresto, el Ejecutivo quedó en manos de la ministra Dina Boluarte, quien fue destituida a inicios de octubre de este año acusada en el Congreso de “incapacidad moral” para gobernar.
En su reemplazo fue designado José Jerí, quien deberá completar el periodo original de Castillo hasta julio del 2026.





