Más de cien personas lesionadas —principalmente policías— y una veintena de detenidos fue el saldo de una marcha antigubernamental convocada en Ciudad de México.
La protesta, centrada en la violencia nacional y en la política de seguridad de la presidenta Claudia Sheinbaum, avanzó durante horas sin incidentes hasta que un grupo de encapuchados inició agresiones, según el secretario de Seguridad capitalino, Pablo Vázquez. Reportó 100 policías y 20 manifestantes lesionados; 40 agentes fueron hospitalizados por contusiones y cortaduras.
El gobierno informó la detención de 20 personas por robo y lesiones. También abrió investigación por la agresión a un periodista de La Jornada, presuntamente golpeado por policías.
Entre los asistentes se observaron sombreros asociados al fallecido alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, asesinado el 1 de noviembre y convertido en figura simbólica por sus acciones directas contra el crimen. Su viuda y sucesora, Grecia Quiroz, se deslindó del uso del llamado “Movimiento del Sombrero” en la manifestación.
Sheinbaum descalificó los llamados a protestar y los vinculó con impulsos “promovidos incluso desde el extranjero”. En la marcha aparecieron pancartas con la frase “Todos somos Carlos Manzo” y banderas inspiradas en One Piece.
Al llegar al Palacio Nacional, manifestantes derribaron parte de las vallas metálicas. Policías respondieron con extintores y gas lacrimógeno. Jóvenes lanzaron proyectiles; los agentes replicaron con objetos y escudos ante la falta de barreras.
Testigos describieron el choque como un punto de quiebre. “Es la primera marcha en la que la gente civil se pone a favor a los chingadazos”, dijo Raúl Cortés, funcionario de 52 años.
Sheinbaum mantiene aprobación superior al 70% a poco más de un año de su llegada al cargo.





