El rey Carlos III ordenó el traslado de su hermano, Andrés Mountbatten Windsor, a la finca de Sandringham, en el este de Inglaterra. La medida busca mantenerlo fuera del escrutinio público tras los escándalos derivados de su relación con Jeffrey Epstein.
El exduque de York, de 65 años, dejará el Royal Lodge en Windsor, donde ha residido por más de dos décadas. Aunque pierde privilegios y título, continuará bajo el amparo económico de su hermano, quien financiará su estancia con fondos privados, sin recurrir al erario.
Sandringham, propiedad privada de la familia real desde 1862, no pertenece al Estado. Carlos pretende así reducir el costo político de mantener a Andrés dentro de la estructura monárquica.
Entre las posibles residencias dentro de la finca se mencionan Wood Farm, Park House, York Cottage, Gardens House y The Folly, esta última un pabellón de caza de tres habitaciones. La decisión final aún no se ha confirmado.
La mudanza representa el aislamiento definitivo de Andrés, advertido de que su contrato de arrendamiento en Windsor —firmado en 2003 por 75 años— está en proceso de resolución. Su exesposa, Sarah Ferguson, permanecerá en Royal Lodge.
El cambio se produce tras el intento del monarca de cortar vínculos entre la corona y los escándalos sexuales asociados a Epstein. Andrés niega las acusaciones en su contra, incluidas las de Virginia Giuffre, quien lo señaló por abuso cuando era menor de edad.
La reubicación, prevista antes de fin de año, refuerza el esfuerzo de Carlos y del príncipe Guillermo por mantener a Andrés lejos de los actos públicos y del entorno inmediato de la familia real.




