El icónico póster británico “Keep Calm and Carry On” encontró una segunda vida más de medio siglo después de su creación. Encargado en 1939 por el Ministerio de Información para reforzar la moral durante la Segunda Guerra Mundial, apenas se distribuyó y la mayoría de sus copias se destruyeron en 1940 para ahorrar papel. Diseñado por Ernest Wallcousins, su mensaje de calma estoica ante la adversidad permaneció prácticamente oculto hasta su redescubrimiento en 2000 en una librería de segunda mano en Northumberland, Inglaterra.

El cartel ganó popularidad inicial entre los visitantes de la librería Barter Books y, tras aparecer en un artículo de The Guardian en 2005, se convirtió en un fenómeno cultural global. Su sencillez —cinco palabras blancas sobre fondo rojo con una corona de los Tudor— lo hizo altamente adaptable, dando lugar a innumerables parodias y reinterpretaciones en camisetas, tazas y memes, desde “Mantén la calma y bebe té” hasta “Now Panic and Freak Out”.

Historiadores y expertos señalan que su poder reside en encapsular un ideal de resiliencia y estoicismo británico, aunque también ha sido objeto de críticas por su condescendencia y su asociación con la propaganda bélica. Su popularidad perdura porque combina nostalgia, humor e ironía, y ha trascendido la identidad nacional para convertirse en un símbolo cultural global de perseverancia serena frente a la adversidad.

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