El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea firmar este viernes una orden ejecutiva para que el Departamento de Defensa vuelva a llamarse Departamento de Guerra, en lo que describe como un intento por proyectar una imagen de mayor dureza militar.
De acuerdo con un funcionario de la Casa Blanca, citado bajo anonimato, el cambio no puede hacerse de manera formal sin la aprobación del Congreso, pero la orden permitirá que el Pentágono utilice el nombre de manera secundaria en sus comunicaciones.
El Departamento de Guerra fue creado en 1789 y cambió oficialmente de nombre en 1947, tras la Segunda Guerra Mundial, cuando por ley se estableció la actual denominación de Departamento de Defensa.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, respaldó la medida desde sus redes sociales, donde publicó simplemente “Departamento de Guerra”. Tanto él como Trump habían promovido la idea desde meses atrás, incluso mediante encuestas en línea dirigidas a sus simpatizantes.
En eventos recientes, Trump ha insistido en que Estados Unidos era “más respetado” cuando la dependencia llevaba ese nombre, y adelantó que el cambio se hará “con o sin Congreso”, confiando en que la mayoría legislativa apoyará su iniciativa.
Ajustes culturales en el Pentágono
La propuesta se enmarca en una serie de cambios impulsados por Hegseth desde su llegada al Pentágono a inicios de año. Entre ellos, la eliminación de programas de diversidad, la revisión de bibliotecas militares y la depuración de materiales sobre mujeres y minorías, bajo el argumento de combatir la “cultura woke” en el ejército.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, señaló en marzo que la visión de la actual administración es clara: “cualquiera que diga que la diversidad es nuestra fortaleza, está equivocado”.
Además, se confirmó la remoción de personal transgénero de las filas militares, tras una orden ejecutiva firmada por Trump.
Con esta medida, el gobierno estadounidense busca reinstalar un discurso de fuerza que revive un término cargado de historia bélica y que, según sus críticos, refleja más una visión ideológica que una estrategia de seguridad nacional.