La actuación del secretario de gobierno del estado, Eric Gudiño Torres, ha desatado críticas por la aparente falta de experiencia y sensibilidad política en un contexto delicado de emergencia por lluvias. La presidenta de Morena en Querétaro, Gisela Sánchez Díaz de León, acusó a Gudiño de ejercer violencia institucional al invitar al regidor de su partido, Avse Fernando Flores, a tomar una pala y una carretilla para ayudar en labores de limpieza, un gesto que fue percibido como un abuso de autoridad.
El incidente ocurrió en la calle Carrillo Puerto, mientras funcionarios estatales realizaban tareas de limpieza tras las fuertes lluvias del fin de semana. Flores se negó a participar, y el momento fue captado en video, el cual se viralizó rápidamente en redes sociales y medios de comunicación, generando críticas hacia el secretario de gobierno.
Sánchez Díaz de León calificó la acción de Gudiño como un ejemplo de “violencia institucional” que, además, provocó la difusión de información considerada falsa y generó discriminación contra el regidor. “El abuso de poder del secretario de gobierno provocó una cascada mediática que normaliza la violencia y expone a los funcionarios a críticas injustas”, afirmó.
Analistas políticos señalan que el episodio pone en evidencia la falta de experiencia de Gudiño Torres en el manejo de crisis y comunicación política. Su decisión de involucrarse directamente en un asunto que podía resolverse a nivel operativo refleja una ausencia de estrategia y conocimiento institucional, lo que podría afectar la credibilidad del gobierno estatal.
Morena anunció que implementará capacitaciones para su militancia sobre tipos de violencia y manejo de provocaciones, en un intento por evitar que episodios similares escalen en redes sociales y medios. La dirigencia del partido insiste en que el caso debe ser atendido por las instancias correspondientes, garantizando los derechos del regidor y subrayando que la normalización de este tipo de conductas puede tener consecuencias políticas graves.
Este incidente coloca a Gudiño Torres bajo un escrutinio creciente, cuestionando su capacidad para asumir responsabilidades en un cargo clave del gobierno estatal y poniendo en evidencia cómo la inexperiencia puede transformar un hecho menor en un conflicto de alto impacto mediático y político.
