En medio de una caída global en sus ventas, Tesla decidió cancelar el desarrollo de su supercomputadora Dojo, destinada a procesar visión por computadora para su sistema avanzado de asistencia al conductor (Autopilot y “Full Self-Driving”).

Según Bloomberg, el jefe del proyecto —que Elon Musk había promocionado como un “monstruo” de la inteligencia artificial— dejó la empresa, y al menos 20 integrantes del equipo fueron contratados por otra compañía de centros de datos. El resto será reasignado a otros proyectos internos.

Musk reconoció que Dojo siempre fue una “apuesta arriesgada” y que no tiene sentido dividir recursos entre dos diseños distintos de chips de IA. En su lugar, Tesla dependerá más de socios externos como Nvidia, AMD y Samsung, aunque mantendrá el desarrollo de chips propios para tareas de inferencia.

La cancelación llega en un momento complicado: Tesla enfrenta competencia feroz por talento en inteligencia artificial, una fuerte salida de ejecutivos y la erosión de su reputación por la cercanía pública de Musk con ideologías de extrema derecha, lo que ha impactado sus ventas.

A esto se suman tropiezos técnicos en su incipiente servicio de robotaxi en Austin y un revés legal histórico: un jurado en Florida la declaró parcialmente responsable por un accidente mortal con Autopilot, obligando a pagar casi 250 millones de dólares.

Pese a todo, las acciones de Tesla han subido más de 10 % en el último mes y la compañía mantiene una capitalización superior al billón de dólares. Sin embargo, con el desmantelamiento de Dojo, el futuro de su supercomputación queda en manos de proveedores externos.

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